Domingo 21 de noviembre. Las previsiones meteorológicas no eran excesivamente halagüeñas Ese día comenzaba una semana pasada por agua. Sin embargo ¿qué puede arredrar a un setero cuando tiene la idea fija de salir al monte?
A las 11 y cuarto en el Alto de la Llama. Las cosas se torcían ya que allí coincidimos con una cuadrilla de cazadores. Afortunadamente sólo iban a utilizar una parte del monte, quedando así para nosotros la zona más próximos a Los Sumiones.
Armados con cestas y navajas iniciamos la recolección. Después de tres horas por el monte y con las cestas repletas regresamos a los vehículos. La suerte nos permitió regresar secos y contentos porque al llegar a los coches empezó una lluvia fina pero persistente que ya no cesó en todo el día.
Era la hora de la comida, pertrechados como íbamos con nuestros bocatas se nos presentaba un dilema: ¿dónde comer si estaba lloviendo?. Al Peligro a ver si nos permiten utilizar el restaurante. Al llegar Toño recibió la iluminación del cielo:¿Por qué no preparar una paella con las setas recogidas? Aunque ya era un poco tarde nos pusimos manos a la obra. Ana Gema y Toño limpiando setas a destajo, Fina y Magdalena a los fogones. Y allí en una hora teníamos una deliciosa paella preparada con rebozuelo, gamuza y angula, además de los ingredientes lógicos que toda paella que se precie debe llevar.
De postre; que no podía faltar, Eduardo nos sorprendió con unos exquisitos pasteles de El Fontán.
En fin, jornada repleta de satisfaciones
¿Qué más se puede pedir? ¡Salud!


Preparando los ingredientes previos


